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miércoles, 18 de julio de 2012

SENTIERO GUSTAVO VIDI

Localización: Macizo de Brenta.
Localidad de acceso: Madonna di Campiglio.
Inicio y final: Rifugio Graffer (ruta circular).
Punto más bajo: 2.263 metros.
Punto más alto: 2.670 metros.
Duración: 5 horas (nuestro ritmo es lento).
Cartografía: Editorial Kompass, nº 688. 1:25.000

Último día de actividad que María, Nieves y yo vamos a disfrutar en el increíble Macizo de Brenta. Para terminar nuestra espectacular semana en el macizo, hemos decidido hacer el Sentiero Gustavo Vidi. Elegimos una última vía sencillita en ruta circular pero que no carezca de emociones. Como así fue. Técnicamente estaría en dura pugna con el Sentiero Osvaldo Orsi por ver cual de las dos es la más fácil del macizo. Sin embargo psicológicamente exige tener muy buena cabeza para patio con altura. Mucha parte del camino transcurre en perfecta horizontalidad por una faja sin cable de protección en un sendero estrecho, expuesto e inclinado. Requiere buena cabeza y un paso seguro y firme. Un tropezón y te vas 300 metros al vacío. Insisto en que técnicamente es fácil...tan sólo es andar. Pero esa parte de la faja, un tramo de unas 2 horas, pondrá a prueba tus nervios y templanza si, como yo, eres de los que tiene una buena dosis de vértigo. Quien me manda a mí amar la montaña con este pedazo de vértigo. Si no tienes miedo a las alturas es un paseo disfrutón y espectacular, y si tienes miedo a las alturas es igualmente espectacular y divertido mientras no dejes que tu paso sea inseguro. De los tramos más expuestos no hice foto porque no quería pararme en ellos. Sólo quería seguir. Jajajaja. En serio, es fácil y sólo acojona con vértigo. En cualquier caso es una vía para disfrutarla mucho. A nosotros nos gustó mucho y fue una gran despedida para nuestra semana en Brenta.
Después de apretarnos un buen desayuno como es nuestra costumbre, nos ponemos en marcha. Del Rifugio Graffer cogemos el sendero 301 para llegar al Passo del Grosté (2.442 mts.) y desde ahí hay que coger el sendero 390 señalado ya como Sentiero Gustavo Vidi. 
El Vidi recorre la falda suroeste de la Pietra Grande (2.937 mts.), así que desde el Grosté aún toca seguir ganando altura. Al principio por esa loma herbosa en dirección norte.
Desde un poco más arriba se ve perfectamente por donde va el sendero en la loma herbosa.
Se sigue subiendo para ganar una faja que arranca en esa pared de enfrente.

Ya ganada esa primera faja, luego el camino va zigzagueando cambiando de dirección y ganando altura en busca de un espolón en el que empieza el tramo equipado.
Desde la subida se puede ver el Lago di Tovel allá a lo lejos.
Hacia el sur hay unas muy buenas vistas del grupo principal del Macizo de Brenta. Todas las cumbres que hemos ido contemplando de cerca en las jornadas anteriores.

Finalmente alcanzamos la cresta.

Y al alcanzar la cresta Nieves y yo nos quedamos fascinados...
...con las vistas que se nos abren del impresionante Grupo Adamello...
...y la indescriptible Presanella (3.558 mts.). Que belleza.
A todo esto y subiendo, subiendo, subiendo...hemos llegado al espolón que hay trepar.
Nieves con ganitas de empezar...
...observando la pared.
La alegría nos invade cuando sabemos que hay que cacharrear, así que...
...casco...
...arnés...
...y "pa'rriba", María.
Luego Nieves.
Y yo el último.


Luego hay un paso estrechito...
Divertido de negociar.
Estamos en el punto más alto de la ruta a 2.670 metros.
Y ahora toca mentalizarse...bueno...me toca mentalizarme (que soy el único con vértigo) de que tenemos un laaaaargo flanqueo y bajada por un camino muy expuesto.
Eso sí, las vistas son la leche.Cima Brenta, Cima Tosa...
...Adamello...
Empiezan a asomar los contrafuertes de la Pietra Grande.
Cuando digo lo del camino expuesto...por allí bajaremos... ¿veis el camino? ¿veis las "zetas" en mitad de la foto?
¿Lo veis mejor ahora? Las "zetas" en el centro de la foto. Si os fijáis, después de las "zetas", el camino sigue hacia arriba a la derecha. Junto a la parte alta de la pedrera el camino hace otros par de "zetas" pequeñas, remonta hacia la izquierda y se mete de lleno en la faja para bordearla horizontalmente hacia la izquierda. ¿Localizado? Es el Sentiero Costanzi, número 336. Nosotros lo haremos al revés, es decir bajando. ¿Es expuesto o no? ¿A que es mejor no tropezarse? La leche. Te caes...y rebotas abajo del todo. Cuando tuvimos esta vista, tuve que sentarme 2 minutitos para blasfemar interiormente. Luego no es para tanto pero, desde esta perspectiva, tuve ese típico pensamiento montañero: "¿quien cojones me manda meterme aquí?". Y encima yo tengo "vértigo ajeno"...jajaja...es decir, aparte de sufrir por mí, yo estaba acojonado por meter a Nieves en semejante marrón...Luego al final, ni marrón ni nada...el camino es muy fácil. Pero hasta que no estás metido en el fregado y ves que no tiene complicación, la responsabilidad de haber metido ahí a tu pareja te martillea la cabeza, jajaja. Y encima ella iba feliz, entusiasmada y divirtiéndose mucho (como tiene que ser), jajajaja, ni vértigo ni nada. Soy yo, que soy masoca y me gusta sufrir por los demás, jajaja.
Superadas mis blasfemias, seguimos disfrutando el camino. El macizo de la Pietra Grande es espectacular.
Llegamos al último tramo equipado del Sentiero Gustavo Vidi.
Se sube un tramo con escalas. Fácil obviamente.


Luego una pequeña repisa...

...para acabar el tramo equipado bajando una pequeña canal.

Se acabaron los pasos equipados. Ese último tramo ha puesto el punto final ferratero a nuestra increíble semana en el Macizo de Brenta.
Ya sólo quedar seguir disfrutando las vistas que nos ofrece el Sentiero Gustavo Vidi y bajar hacia Graffer. Esa pared que tenemos detrás es por la que baja el camino que hemos visto antes, el Sentiero Costanzi señalizado con el número 336.
Buscando un sitio para comer...
...con brutales vistas. La cumbre completamente nevada a la derecha del todo es el Ortles (3.905 mts.).
María delante de los murallones de la Pietra Grande.
Nieves posando con mucho arte.
Y con la fascinante Presanella enfrente y con un aéreo balcón que tenemos de 1.000 metros de altura sobre la Val Rendena...
...no se nos ocurre que pueda existir un sitio mejor para sentarnos, comer, relajarnos y charlar.
Después de comer tranquilamente seguimos camino. Perfectamente señalizado en un cruce de caminos, cogemos el Sentiero Costanzi 336 en dirección al Rifugio Graffer. Y en aproximadamente una hora llegamos por fin al refu, dando por terminada una semana inolvidable y emocionante en el maravilloso Macizo de Brenta.

Un poquito de relax antes de marcharnos. En este refugio tienen de todo...jajajaja...acojonante...pero bien que se agradecen unas tumbonas después de una semana físicamente intensa, jajajaja.
Y antes de irnos, tenemos que despedirnos de un par de amigos muy especiales que hemos hecho. Los perros de los guardas del refugio...




...y tiramos para abajo...
...posando por última vez con todo el Macizo de Brenta a nuestra espalda. Son una montañas espectaculares, mágicas, con unos senderos y ferratas dignos de recorrer mil veces. Unas montañas tan increíbles que hay que recorrerlas (como todas las montañas) con la humildad necesaria que nos permita asombrarnos y maravillarnos de cada risco, de cada paisaje, de cada camino y de cada valle. Unas montañas que hay que recorrerlas sin prisa...hay que sentirlas, hay que respirarlas, hay que vivirlas. En estas montañas he sentido más profundamente que nunca mi filosofía personal de que las montañas son para interiorizarlas y no para "correrlas". Pole-pole como me enseñó Rumisa en el Kilimanjaro. Si echáis un vistazo a todas las entradas del blog del Macizo de Brenta, espero poder transmitiros esa magia que desprenden estas montañas que a nosotros nos ha inundado durante esta semana inolvidable.


Y como me sucede cada vez que termino un viaje montañero, la pena de marcharme me sumerge en el silencio, la reflexión y el agradecimiento. Siempre dejo en ellas un pedacito de mi corazón y siempre me llevo un pedacito del suyo.